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Francisco Vergara, Carlos Aguirre y Juan Correa, investigadores del Centro de Producción del Espacio de UDLA, junto a profesionales del Observatorio de Ciudades de la Pontificia Universidad Católica, publicaron una columna de opinión en el Centro de Investigación Periodística (Ciper) con el objetivo de analizar los focos de contagio del Coronavirus y las zonas donde podría encontrarse la población más vulnerable ante el virus.

En la primera parte de este documento, el equipo de investigación manifiesta que a raíz del deficiente sistema de salud y de pensiones, es posible que el riesgo de mortalidad aumente en los adultos mayores de menores ingresos.

“En las comunas más vulnerables se concentra la población con trabajos más informales, presentando mayores dificultades para realizar la cuarentena y aislamiento social. Si bien el virus pareciera estar concentrado en el cono de altos ingresos, la primera persona fallecida por el contagio fue una persona sobre 80 años viviendo en una comuna de escasos recursos”, apunta el texto.

La segunda parte de la columna de opinión apunta a la relación de las zonas y viviendas vulnerables con el contagio del Coronavirus. De acuerdo a la información obtenida del Censo de 2017, los adultos mayores de menores ingresos y más segregados socioeconómicamente se concentran en comunas ubicadas hacia el norponiente y surponiente.

Ante este escenario, la publicación manifiesta que “la literatura internacional ha demostrado que la calidad de la materialidad de las viviendas resulta clave para generar condiciones ambientales interiores apropiadas para combatir el surgimiento de enfermedades. El concepto de “pobreza energética”, asociado a la vulnerabilidad en la provisión de energía, calefacción y calidad de la vivienda, ha sido clave en poder vincular estas condiciones del hogar con las políticas de salud pública. En este sentido, para planificar las acciones que disminuyan el riesgo de contagio y la propagación de la amenaza sanitaria, es relevante identificar los sectores de la ciudad donde existen viviendas con materiales cuya aislación térmica es más precaria, a la par que la diferencia entre las temperaturas mínimas y máximas en el año son mayores”.

El documento cierra dejando de manifiesto la relación que existe entre la ubicación de las viviendas con menor calidad constructiva y la mayor amplitud térmica anual: “En palabras simples: lugares donde hace más frío en invierno y más calor en verano. Así, se identifica que las comunas que podrían tener mayor vulnerabilidad ante la exposición a enfermedades respiratorias serían La Granja, La Pintana, Estación Central, Quilicura, Cerrillos y algunos sectores de Peñalolén, Macul, La Florida, Recoleta, Independencia y Cerro Navia, sumando un grupo expuesto de más de 290.000 adultos mayores”.

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