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De acuerdo a los datos recogidos en la Encuesta Nacional de Salud 2009-2010, se evidenció que un 32,7% de la población admitió presentar problemas auditivos, cifra que llegó al 52,4% en el grupo de 65 o más años. Ante este escenario y con el objetivo de mejorar la calidad de vida de quienes están en esta situación, los docentes de la Escuela de Fonoaudiología de UDLA, Bernardita Alvear y Anthony Marcotti, construyeron un proyecto para mejorar la adherencia del uso de audífonos en adultos mayores con hipoacusia.

Dicho trabajo, permitió que UDLA junto a la Pontificia Universidad Católica de Chile se adjudicaran el Fondo Nacional de Investigación y Desarrollo en Salud (FONIS), lo cual es un hito puesto que por primera vez este financiamiento es obtenido por un equipo compuesto solo por fonoaudiólogos.

Uno de los objetivos principales es averiguar qué tanto está aportando la entrega de audífonos a mejorar la calidad de vida auditiva, puesto que no hay un seguimiento en relación a las necesidades comunicativas y en el aprendizaje del uso del audífono”, explicó Marcotti.

Los talleres, que tendrán una duración de seis sesiones, se realizan con pacientes beneficiarios del GES de los centros asistenciales en las comunas de San Joaquín, Puente Alto, San Bernardo, Viña del Mar y Valparaíso. Los participantes deberán estar acompañados durante el taller de un compañero de comunicación, quien es la persona que comparte con el adulto mayor en su vida cotidiana, en el proceso de ayudarle en el contacto con los demás en su estado de hipoacusia.

“El terapeuta deja su rol y se transforma es un mediador de la sesión, ya que  es un programa semiestructurado con objetivo en resolución de problemas. Entonces, en la primera sesión se presenta la dinámica donde se plantean las problemáticas que conllevan el uso del audífono. Pretendemos llegar a 180 adultos mayores para así tener datos con los cuales comparar y medir variables cognitivas como qué hace esa persona con lo que escucha, localización del sonido o cómo se comunica en un ambiente con ruido”, agregó Marcotti.

El equipo también está compuesto por los fonoaudiólogos Sebastián Rivera de la Universidad Santo Tomás de Viña del Mar, Eduardo Fuentes de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Adrián Fuente, residente en Canadá, quien asiste a los profesionales en los aspectos metodológicos.

Este proyecto va de la mano con la misión de la Facultad de Ciencias de la Salud de UDLA con respecto a la salud comunitaria: “Nosotros como profesionales debemos indagar todos los detalles posibles cuando realizamos una intervención en adultos mayores, porque hay que observar cómo interacciona. Por otra parte, el trabajo tiene que ser multidimensional, uno no puede ver al paciente solo por su condición de sordera, sino que debemos involucrarnos con su entorno”, señalan los docentes.