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La Facultad de Educación UDLA realizó el Encuentro Anual Disciplinar de Educación Diferencial, el que llevó por título “Claves críticas para una evaluación inclusiva y transformadora del aprendizaje” y se desarrolló en el Aula Magna UDLA Sede Santiago.

La jornada reunió a destacados especialistas nacionales e internacionales en torno a la evaluación diversificada, la justicia educativa y las estrategias de intervención en escenarios educativos complejos.

Asistieron docentes, estudiantes, equipos de apoyo y profesionales vinculados a la diversidad educativa, y abordó el desafío de transitar desde modelos homogéneos hacia prácticas pedagógicas que integren activamente la diversidad cognitiva. Se enfatizó en que las y los formadores tienen el deber de aplicar enfoques educativos ajustados a las múltiples formas de aprender.

La inclusión, se subrayó, debe comprender no solo la discapacidad, sino también dimensiones emocionales, contextuales y transitorias que atraviesan la vida de niños, niñas y jóvenes:

“Pensando en el mundo escolar, lo primero que tendríamos que cambiar es el lenguaje y dejar de atribuir una carga negativa a ciertas categorías que diferencian, inferiorizan y jerarquizan a las personas. Eso es la base del problema ontológico de los grupos sociales, diferenciar a partir de tu existencia, porque tiene un atributo negativo que nos horroriza” Comentó Aldo Ocampo, PhD. en Educación y Profesor de Educación General Básica de Universidad de Las Américas.

Se hizo una invitación a repensar cómo se entienden la diferencia y la desigualdad dentro del aula, y a promover en los futuros docentes un análisis crítico que los desafíe a intervenir de forma consciente en las realidades educativas.

“Uno podría tener una pedagogía sin reconocimiento, que es esta pedagogía colonial, impositiva, donde se invisibiliza y tiene menor valor la condición de ser una persona sorda en la experiencia. Y, por otro lado, tenemos una pedagogía que reconoce, que reconoce la identidad, que reconoce la cultura, la historia, el arte y la participación”, comentó Valeria Herrera, Doctora en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y licenciada en Educación por la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.

Durante el encuentro se planteó que existen dos caminos pedagógicos opuestos: uno que invisibiliza y reproduce prácticas coloniales, y otro que reconoce la cultura, historia y lenguaje como elementos fundamentales en la experiencia educativa.

Las divergencias deben ser consideradas agentes activos en la construcción de políticas que respeten sus particularidades y promuevan una verdadera justicia social. Actividades como esta fueron valoradas por su potencial transformador, al abrir espacios de escucha, actualización profesional y compromiso ético con una educación diversa y humana.