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Priscilla Navarrete, egresada de la carrera de Fonoaudiología, y premiada como egresada destacada en la categoría Compromiso Comunitario 2024, hoy cumple un rol estratégico en el Centro de Salud Familiar de Pudahuel Poniente. Actualmente, lidera el programa “Mundo de Colores” enfocado en niños de Trastorno del Espectro Autismo (TEA).  Su labor varía entre otorgar herramientas de manejo oportuno al grupo familiar y/o cuidadores de niños y niñas con diagnóstico o sospecha de TEA/CEA a través de la creación de estrategias innovadoras para el mismo programa y realizar las derivaciones correspondientes a la red de salud.

¿Cuál es la importancia de empoderar y acompañar a los apoderados y familias de niños con TEA?

Lamentablemente la condición del espectro autista (CEA) aún es poco conocida por las personas, lo que conlleva a criticar desde la ignorancia. Aún las personas piensan que el autismo es una enfermedad en donde verán a un niño agresivo, gritando, con características físicas quizás fuera de lo común, etc., pero sabemos que no es así, es una condición que abarca un espectro de múltiples características, donde ningún autismo es igual al otro. Podemos identificar niños o personas con autismo que tienen hipersensibilidad auditiva, lo cual hace que deban estar constantemente con audífonos para suprimir el ruido del exterior, como podemos ver a otros expuestos a fuertes ruidos cerca, y no prestar atención.

Si el día de mañana logramos concientizar a todas las personas e informar sobre lo que es el CEA, se abrirán muchas puertas tanto para las personas que padecen esta condición como para la gente normotípica, donde sabríamos convivir sin problemas y no juzgaremos a la persona que está al lado nuestro, y así haríamos más ameno el día a día de las personas neurodivergentes y el de sus familias.

Como fonoaudióloga, ¿qué rol crees que cumples en la integración social y comunitaria de niños con TEA?

Primero que todo en educar a nuestro entorno, a las familias, a los mismos padres que a veces desconocen de esto. Así poder brindarle las herramientas necesarias para que puedan apoyar a sus seres queridos neurodivergentes. Además de poder ayudar a los niños a poder comunicarse de una u otra manera con su entorno y así también hacerlos sentirse partícipes de su comunidad, porque son importantes.

¿Qué herramientas y valores te entregó UDLA para enfrentar la vida laboral?

A comprender o intentar ponernos en el lugar de la otra persona, la empatía que mucho nos hace falta, para entregar una atención digna y de calidad que todos merecemos. También a seguir perfeccionándose para buscar la manera para ayudar a nuestros usuarios y darles la mejor atención.

Durante el 2024 fuiste premiada como egresada destacada en la categoría Compromiso Comunitario, ¿qué rol cumplió tu formación académica en este logro?, ¿cómo crees que la Escuela de Fonoaudiología te impulsó a ser una persona comprometida con la comunidad?

La Universidad y mis docentes, quienes siempre les recordaré que son lo máximo, fueron fundamentales para ser quien soy hoy en día. Me brindaron las estrategias y conocimientos necesarios para saber qué hacer el día a día y a esforzarme, quizás no con ser la mejor de todos, pero sí a realizar la mejor atención para mis usuarios, donde al finalizar pueda verlos contentos, satisfechos y con ganas de seguir luchando, independiente de la enfermedad o diagnóstico que tengan. También me enseñaron a usar las habilidades blandas para el beneficio de nuestros usuarios, ya que todos somos seres humanos y merecemos un trato digno.

La Escuela de Fonoaudiología me entregó a mis queridos docentes quienes cuando creía que quizás no podría seguir o no me sentía capaz, se acercaban y me entregaban su apoyo y ánimo. Cada vez que sucedía algo, la Escuela se encargaba de velar por solucionar el problema y brindar la mejor educación o atención posible. Siempre estaré muy agradecida de mis docentes, de la Directora y coordinadora de Carrera, quienes estuvieron dispuestas a darlo todo por sus estudiantes, sin titubear.