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El Segundo Consejo Asesor de Empleabilidad contó con la asistencia de destacados representantes del mundo laboral de diferentes ámbitos profesionales, quienes participan tres veces al año en esta instancia, y que en esta ocasión reflexionaron sobre los estándares deseables para el desarrollo óptimo de las prácticas profesionales de los estudiantes de todas las carreras de UDLA, en el marco del diagnóstico y análisis que está haciendo sobre este tema la Dirección de Desarrollo Profesional y Egresados.

La sesión partió con un resumen de las principales conclusiones del Primer Consejo de Empleabilidad 2023 realizado en abril, importantes para la discusión posterior del panel consultivo. Estas conclusiones se refirieron a tres áreas relevantes que permitan fortalecer los procesos de prácticas profesionales.

La primera de ellas consiste en la relevancia de la conexión con la realidad del mundo laboral, el trabajo transversal en habilidades blandas y el conocimiento de la normativa de cada área. Un segundo ítem es la incorporación del académico a participar más activamente durante el proceso formativo y posibilitar la reflexión evaluativa guiada de los estudiantes luego de las respectivas salidas a terreno. Un tercer y último elemento mencionado, es la evaluación de habilidades de empleabilidad por parte del estudiante; esto consiste en privilegiar metodologías que favorezcan el avance progresivo de la práctica profesional con una lógica secuencial y de mejora continua, así como la autorreflexión sobre el propio desempeño.

La Rectora, Pilar Romaguera, al abrir la sesión, se refirió a la relevancia de este tema para la institución. “Las prácticas profesionales son muy relevantes para nosotros. Nuestros estudiantes, en general, tienen pocas redes laborales, muchos de ellos son primera generación en la universidad, y una demanda muy sentida de ellos es que los ayudemos en ese proceso de inserción a su primer trabajo. De hecho, las mujeres son las que más solicitan apoyo para insertarse laboralmente. Por tanto, la relación entre la universidad y el mundo productivo, y la experiencia que ustedes nos pueden aportar es muy importante para nosotros”.

El Vicerrector Académico, Jaime Vatter, agradeció la presencia in situ de los participantes, que habían sesionado anteriormente de manera remota, y destacó que fueron nombrados por cada una de las facultades de acuerdo con su ámbito profesional; además de otros representantes que son convocados por la Dirección de Desarrollo Profesional y Egresados, con el fin de tener un amplio abanico del mercado laboral y productivo del país.

“La opinión de quienes están en el mundo laboral es fundamental para la labor de fortalecimiento de las prácticas profesionales en que estamos abocados, y que forma parte del proceso de mejora continua institucional, luego de haber obtenido en marzo de este año 5 años de acreditación avanzada que nos otorgó la CNA. Por esta razón mantenemos muy activo este vínculo con cada uno de los asistentes y participan también el Decano de la Facultad de Ingeniería y Negocios, Gonzalo Islas, y el Decano de la Facultad de Derecho, Daniel Montalva”, agregó el Vicerrector Académico.

Francisca Castro, economista, representante del mundo minero, afirmó que es necesario conectar al estudiante con la empresa de manera efectiva. “Muchas veces los jóvenes no saben a qué van; también hay un tema respecto de las alianzas que deben hacerse en ambos sentidos, desde las universidades, pero también desde el mundo privado. Es importante que la Universidad dé a conocer el perfil de sus estudiantes con la finalidad de que la empresa pueda diversificar las prácticas profesionales que puede ofrecer. Me parece clave también considerar, además del supervisor de práctica, a la empresa contratante y reconocer, por ejemplo, los ciclos económicos de cada industria, para hacer más efectiva la práctica profesional”.

Germán Acuña, representante del mundo de la animación digital, hizo hincapié en que la práctica profesional no debe ser un trámite para el estudiante. “Con los alumnos que recibimos, pasa generalmente lo mismo, llegan un poco perdidos y esto, me parece, no es entera responsabilidad de ellos, sino también de la institución de la que provienen, porque llegan sin un objetivo claro, sin saber lo que se espera de ellos, así como lo que ellos deberían esperar de la práctica profesional. Tampoco hay, muchas veces, un incentivo para que las empresas que ofrecen prácticas profesionales informen cuáles son las herramientas que van a proporcionar al estudiante que recibirán, destacando cuál es el objetivo final de esa práctica profesional. Es importante, entonces, la coordinación”.

Paulina Andrés, directora nacional de Comunidad Hogar de Cristo, destacó la relevancia de las inducciones cruzadas. “Hay un A, B, C de las instituciones que es importante conocer por ambos lados, desde la universidad y desde la empresa. Por un lado, es hacer la inducción a los estudiantes que llegan a hacer una práctica profesional explicándoles lo que harán y los protocolos que es necesario conocer y, por otro lado, nosotros recibir los objetivos que tienen los estudiantes. De esta manera, la empresa también puede construir mejores propuestas, teniendo más información del proceso formativo de quienes llegan”.