El Primer Consejo Asesor de Empleabilidad de este año contó con la asistencia de 15 miembros, todos destacados representantes del mundo laboral, quienes participan periódicamente en esta instancia, en la que conocen en profundidad el plan institucional para el desarrollo profesional de estudiantes y egresados, y aportan con su experiencia a fortalecer la propuesta.

Esta vez, los profesionales escucharon un breve resumen de lo realizado durante 2022 y los desafíos para este año,                 que consisten fundamentalmente en tres aspectos. Primero, la continuidad del trabajo ya implementado por el área de Desarrollo Profesional y Egresados, desde la perspectiva de los ajustes que la Universidad está realizando al proceso de inserción temprana en la experiencia práctica; segundo, la estrategia para 2023 de Desarrollo Profesional que se implementará a nivel de facultades y sedes; y, por último, el inicio del desarrollo de una línea de formación que integre los objetivos que se plantean en el proyecto global.

La Rectora, Pilar Romaguera, inició la sesión y destacó la importancia de este Consejo: “Está en nuestro Plan de Desarrollo acelerar el avance de la Universidad en los próximos años. Vamos a continuar profundizando y mejorando la calidad de la docencia. Mantenemos siempre un foco muy importante en nuestros estudiantes, en la calidad de su formación profesional, pero también acelerando el área de Investigación y vinculando más certeramente el área de VcM con Investigación”. 

El Vicerrector Académico, Jaime Vatter, agregó que luego de la acreditación institucional por 5 años, obtenida en enero de 2023, la institución seguirá fortaleciendo el área de Desarrollo Profesional y Egresados y, en particular, el Consejo Asesor de Empleabilidad: “Estamos partiendo este año fortaleciendo esta instancia, que para nosotros es muy importante. Buscamos potenciar las capacidades de nuestros egresados, y en esa labor un punto importante es mejorar y superar, idealmente, la brecha de inserción laboral de nuestras egresadas. Aquí tenemos un desafío, que lo ha planteado la Rectora, en términos de avanzar en el desarrollo profesional de las mujeres. Por lo mismo, nos queremos focalizar en el tema de las prácticas profesionales, que es el primer paso para la inserción laboral”.

Los miembros del Consejo Asesor aportaron sugerencias de posibles actividades prácticas a lo largo del proceso formativo, además de la práctica profesional, y entregaron su opinión respecto de cuáles pueden ser los sistemas de evaluación más pertinentes para la adquisición de habilidades de empleabilidad en el marco de estas actividades prácticas.  

Carmen Ide, directora ejecutiva en Círculo REP, especialista en Comunicación Corporativa y de tendencias empresariales, destacó que incorporar en el proceso formativo experiencias reales es fundamental: ”Debiese haber una invitación transversal en cada semestre para que el estudiante vincule el contenido académico que está recibiendo con la realidad, lo que nos permite ponernos en terreno. La invitación, por tanto, es a entender dónde estamos, conociendo diversas realidades”.

Sebastián Mattos, jefe nacional de Selección del Hogar de Cristo, planteó aspectos prácticos que requieren los estudiantes que recién ingresan al mundo laboral a través de una práctica profesional. “Es importante que la Universidad pudiera contar con módulos de habilidades comunicacionales, por ejemplo, ya que la carencia de esta herramienta se nota en la mayoría de los estudiantes que llegan al Hogar de Cristo a hacer su práctica. Por otra parte, sería útil también incorporar talleres de empleabilidad laboral, a través de la entrega de tips y otras actividades, que ayude más adecuadamente a la inserción laboral. También sería un aporte que los estudiantes, especialmente de las áreas sociales, manejen adecuadamente herramientas como el programa Excel”.   

Sebastián Hurtado, representante de la Cámara Nacional de Comercio, aportó: “Desde la CNC, gremio empresarial donde trabajo y que representa empresas principalmente Pymes, llevamos algunos años trabajando con la Escuela de Auditoría de UDLA en programas de asesorías en terreno, donde los alumnos brindan servicios en temáticas de su especialidad a la comunidad. Las actividades se han realizado en UDLA y también en otros lugares, donde los alumnos han acudido para acercar la Universidad y los conocimientos a la comunidad. Creo que ambas alternativas, abrirse a la comunidad y acercarse uno mismo a la comunidad saliendo a terreno, son excelentes formas de mantener a los alumnos aplicando sus conocimientos teóricos en la realidad cotidiana”.