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La Decana de la Facultad de Educación de UDLA, María Jesús Honorato, asistió a la Cuenta Pública 2022 del Consejo Nacional de Educación (CNED) realizada en las dependencias de la Controlaría General de la República. La presentación, encabezada por su presidenta, Luz María Budge, tuvo como objetivo informar sobre las principales acciones realizadas por la institución durante el período anterior.

El evento contó con la presencia del ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, la subsecretaria de la cartera, Alejandra Arratia, el superintendente de Educación Superior, José Miguel Salazar, además de autoridades de instituciones de educación superior funcionarios de la Secretaría Técnica del Consejo, y representantes de organismos de educación escolar y superior del país.

Sobre su participación en la instancia, la Decana Honorato sostuvo que el CNED establece como primera prioridad para la educación escolar “la disminución de los perjuicios de la pérdida de aprendizaje, la afectación de la salud mental de los estudiantes, el ausentismo crónico y exclusión escolar. En segundo aspecto, plantea la necesidad de entregar flexibilidad al sistema escolar y la atención de las necesidades de gestión de los establecimientos; y el tercer punto hace explícito que el modelo 6 + 6 (seis años de enseñanza básica y seis años de educación media) tiene que ser una prioridad para el gobierno, para que se haga efectivo a partir del año 2026”.

En cuanto a la educación superior, “el CNED destaca la importancia de establecer nuevos criterios y estándares para la acreditación por parte de la Comisión Nacional de Acreditación. Además, se enfoca en las tendencias preocupantes que afectan al sector, como la reducción del número de instituciones, la concentración creciente de la matrícula y el aumento de la presencia de estudiantes extranjeros. Enfrentar estos desafíos es crucial para Universidad de Las Américas en el futuro”.

La Decana Honorato concluyó refiriéndose al interesante desafío final planteado por el CNED en su cuenta el cual consiste en establecer parámetros para el uso de la tecnología, integrándolos en las funciones de control del funcionamiento mínimo y verificación de la calidad: “Se propone avanzar en criterios de evaluación que abarquen la infraestructura y los recursos tecnológicos, así como la formación en línea, con el objetivo de medir su calidad, el desempeño de los profesores, los resultados de aprendizaje y la satisfacción de los estudiantes”.