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Francisca Silva es egresada de la Escuela de Derecho de UDLA, se ha desempeñado como académica en la misma escuela durante cinco años y actualmente ejerce como mediadora familiar, logrando compatibilizar sus labores junto con la docencia, además de continuar con el ejercicio libre de la profesión.

En la sección de “Consejos de profesional a profesional” nuestra entrevistada explica su experiencia en UDLA y en qué consiste su labor como mediadora familiar, además de compartir su opinión respecto a los procesos de mediación familiar en Chile.

¿Cómo recuerda su paso como estudiante en UDLA?

Cómo estudiante de UDLA recuerdo la Escuela de Derecho muy cercana al alumnado. Sus diversas actividades me permitieron, además de profundizar conocimientos en algunas materias jurídicas, conocer los campus de Concepción y Viña del Mar con sus distintas realidades.

A nivel personal, era una joven de 17 años, recién licenciada de cuarto medio y con muchas dudas y temores respecto de mi posible éxito en la carrera de Derecho; pero ya estaba matriculada y con becas estatales que debía mantener durante toda la carrera para poder costear mis estudios, lo cual, afortunadamente logré con mucha constancia y dedicación, pudiendo incluso adjudicarme becas internas de la universidad por mis calificaciones, y alcanzando el premio Rector Mario Albornoz como mejor alumna de la promoción del año 2013.

Luego de egresar, Amelia Zúñiga, quien fue la Directora de Carrera, y Alicia Castillo, nuestra actual Directora de Escuela, me dieron la posibilidad de ser ayudante ad honorem y luego de un tiempo, logré la asignación de mi primer curso como docente titular, hasta que en el año 2017 UDLA me contrató como académica de Campus Providencia. Desde que entré a UDLA como estudiante, la universidad me ha apoyado para continuar creciendo personal y profesionalmente.

¿Qué la motivó a especializarse como abogada en Mediación Familiar?

 A través del ejercicio de la profesión de abogado, logré tomar conocimiento del difícil acceso al proceso de mediación que existe en la actualidad, lo cual es muy complejo, ya que el proceso de mediación es una instancia previa obligatoria en algunas materias de familia que resultan de mucha relevancia para la sociedad actual, como regulación de materias vinculadas con los hijos (alimentos, cuidado personal, relación directa y regular). 

Los centros de mediación públicos son escasos, por lo que se encuentran colapsados, y los mediadores privados cuentan muchas veces con elevados honorarios que resultan muy complejos de cubrir por los usuarios del sistema que necesitan regular materias de mediación familiar obligatorias para poder, muchas veces, ver a sus hijos.

Es por esto por lo que, para efectos de ser un aporte para la sociedad en una materia de tanta relevancia para la comunidad, decidí habilitarme como mediadora privada y dar acceso rápido y a un costo no excesivo a las personas que requieran realizar este proceso.

¿En qué consiste ser Mediadora Familiar? ¿cuáles son las funciones?

Ser mediador familiar constituye una labor de gran importancia, tanto para la sociedad, como para los Tribunales. Al ser este proceso obligatorio en algunas materias, el mediador cumple una labor que en definitiva permite a la comunidad tener acceso a la justicia, propender a la armonía familiar y descongestionar los tribunales de justicia evitando la judicialización de conflictos familiares.

El mediador, al ser un tercero imparcial, busca facilitar el camino para lograr un acuerdo entre las partes y evitar judicializar la materia sometida a su conocimiento. Evita conflictos judiciales entre los miembros de la familia, y así, permite una solución más rápida y conciliadora entre las partes, lo que muchas veces también influye en un mayor cumplimiento, ya que, al ser la resolución del conflicto familiar acordado por las partes, sin ninguna resolución que se imponga a ellos, estas se muestran más llanas a cumplir lo pactado, evitando también el distanciamiento que muchas veces sigue al hecho de existir un proceso judicializado ante Tribunales.

¿Qué es lo que más destaca de su trabajo?

La labor social que cumple ya que permite aminorar el quiebre familiar que se genera luego de una ruptura, evitando judicializar temáticas legales de familia, y también muchas veces la mediación permite a las partes limar un poco asperezas.

Al aceptar las partes someterse a un proceso de mediación, están aceptando conversar materias que son fuente de conflicto familiar, lo que les permite descargar sus frustraciones y sentimientos, y al existir el mediador como tercero imparcial, es posible esta descarga emocional sin llegar a discusiones ni faltas de respeto entre las partes, facilitando alcanzar relaciones más armónicas hacia futuro entre los miembros de la familia.

Por otro lado, también es de gran relevancia la contribución de la mediación con la descongestión de tribunales de justicia, los cuales ya presentan un importante nivel de acumulación de causas.

¿Cuál ha sido su mayor logro hasta el momento?

En el ámbito profesional, mi mayor logro hasta ahora ha sido habilitarme como mediadora familiar. A lo largo de mi carrera profesional he aprobado diversos postítulos, tanto diplomados como un magíster, pero el postítulo en mediación lo realicé estando a término de un embarazo, y el curso lo finalicé entre pañales, leche y llantos de bebé, aprovechando las siestas de mi hijo para estudiar y rendir evaluaciones, alcanzando, pese a todas las dificultades adicionales, nota 6,6 final en el postítulo en mediación.

También ha sido un logro poder distribuir el tiempo para desempeñar mis labores como académica y como mediadora a la vez, además de continuar con el ejercicio libre de la profesión… ¡Sin duda, es un gran logro poder compatibilizar la crianza con el desarrollo profesional!

¿Qué opina del actual sistema en los procesos de mediación familiar en Chile?

El principal problema que existe en el sistema de mediación es la restringida competencia territorial que poseen los mediadores habilitados: es necesario acreditar domicilio en el territorio jurisdiccional de cada tribunal de familia, para poder mediar en diversas comunas, lo cual resulta muy ineficaz, sobre todo considerando la posibilidad de mediación vía remota, la cual hace aún más cuestionable esta gran limitación territorial que tenemos los mediadores.

Esta gran limitación restringe considerablemente el acceso a mediación privada, propendiendo a la acumulación de casos en centros de mediación públicos, sobre todo pensando en comuna rurales, donde es muy común que incluso se desconozca la existencia de los mediadores privados

¿Qué recomendaciones les da a los estudiantes para que en un futuro puedan lograr su primer trabajo?

Les recomiendo que se formen incansablemente, que se especialicen, que nunca dejen de actualizarse y, sobre todo, que ejerzan, es la mejor manera de aprender. También es muy importante que tengan en mente la importancia del manejo de la frustración y la perseverancia; muchas veces puede costar encontrar lo que buscamos, pero la perseverancia en el logro de los objetivos siempre nos llevará a cumplir nuestras metas.