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Hace casi cinco meses, el 3 de agosto, la Universidad dio a conocer la creación de la Dirección de Género, a cargo de la abogada Pía Espinoza, cuya misión fundamental es promover ambientes seguros y libres de acoso, violencia, y discriminación de género en la institución. Un cometido que se inició años antes con diversas iniciativas en que fue pionera, como la creación de un protocolo de acoso sexual el año 2018.

La Dirección de Género en la Universidad nació formalmente producto de la implementación de la ley N° 21.369 que regula el Acoso Sexual, la Violencia y la Discriminación de Género en el ámbito de la Educación Superior y que entró en vigor en septiembre de 2021. Sin embargo, la Universidad venía, varios años antes, desarrollando acciones relacionadas con la equidad de género y la no discriminación. En 2018, UDLA y la Universidad de Chile fueron las primeras en aceptar el uso del nombre social para sus estudiantes transgénero. El decreto, de abril de 2018, adoptado por el Comité de Rectoría, reconoció a los alumnos y alumnas el derecho a solicitar el uso de su nombre social, relevando con ello el respeto a la integridad de estos estudiantes de la Universidad.

Hoy, la creación de la Dirección de Género consolida la generación y promoción de una institucionalidad que debe dar aplicación a la reciente Política Integral para la Prevención y Sanción del Acoso Sexual, la Violencia y la Discriminación de Género, que permitirá articular y profundizar iniciativas sobre temáticas de género dentro de la institución, con una unidad reconocida a cargo de ello.  

La abogada de la Universidad de Chile, Pía Espinoza, es la encargada de llevar adelante este desafío. Pía es Master of Science en Social Policy and Development por la London School of Economics and Political Science, donde cursó estudios de género y realizó su tesina de magíster en la criminalización de la violencia contra la mujer en Chile, y trabajó en la División de Educación Superior del Ministerio de Educación precisamente en materias de género.

¿Cuáles son los principales objetivos de crear una Dirección de Género?

Los objetivos son varios, pero nuestro objetivo fundamental es promover ambientes seguros de acoso, violencia y discriminación de género dentro de la UDLA, así como crear y apoyar espacios en los que toda nuestra comunidad universitaria pueda participar, aprender, expresarse y proponer iniciativas relacionadas con este ámbito. Asimismo, la Dirección consolidará, coordinará y profundizará las diversas iniciativas de género preexistentes en la Universidad, de manera de potenciarlas y fortalecer el compromiso institucional en esa materia como, por ejemplo, la realización y promoción de seminarios, capacitaciones, investigaciones, entre otros.  

Como Universidad, nos comprometimos firmemente a avanzar en la instalación de temáticas de género, así que durante el año pasado partimos haciendo un diagnóstico de la realidad al interior de la institución, que nos permitiera, posteriormente, levantar una Política Integral de Género actualizada y congruente con nuestros valores institucionales y que cumpliera los requerimientos exigidos por la Ley N° 21.369.

Para este trabajo de diagnóstico contamos con el apoyo de un estudio de abogadas expertas en materias de género, que trabajaron en conjunto con una consultora de investigación social, con la finalidad de identificar las actividades universitarias que pudieran incrementar el riesgo de situaciones de acoso sexual, violencia de género y discriminación por género.

El diagnóstico se realizó en dos fases: para la primera se hicieron entrevistas individuales y un focus group a personas de diversos estamentos de la Universidad, mediante una metodología cualitativa. La segunda fase consistió en la aplicación de un cuestionario destinado a toda la comunidad universitaria, mediante un trabajo de carácter cuantitativo. Parte también de la labor de diagnóstico fue levantar las acciones que se habían hecho en la Universidad relativas a materias de género, en temas como la participación femenina, violencia de género y la salud trans, por ejemplo. Los resultados de este diagnóstico fueron la base fundamental para elaborar la Política de Género Institucional que incluyó, entre otros elementos, un eje preventivo, y de investigación y sanción. Este documento se creó de manera participativa y para ello contó con la visión de académicos y académicas especialistas, así como autoridades, colaboradores/as y estudiantes.

El eje de investigación y sanción consistió en actualizar el protocolo, que ya existía desde el año 2018. Su actualización se llevó a cabo sobre la base de dos elementos centrales: lo que exige la ley por un lado y, por otro, lo arrojado en el diagnóstico. El eje de prevención, en tanto, tiene como objetivo articular, consolidar y coordinar diversas iniciativas en la Universidad, de manera de potenciarlas y fortalecer el compromiso institucional en esa materia, en sintonía con los requerimientos de la Ley N° 21.369. De esta forma quedaron creadas, de acuerdo con la normativa interna, la Dirección de Género, a cargo del área Preventiva, y la Unidad de Investigación y Sanción, dependiente de la Secretaría General de la Universidad. Ambas trabajamos en forma independiente pero complementaria.

¿Cuál fue el diagnóstico que encontraron en la Universidad?   

El diagnóstico, en general, fue muy positivo. Entre las cosas que observamos, puedo destacar que UDLA fue una de las primeras instituciones de educación superior en Chile que tuvo un protocolo de acoso sexual el año 2018 y que permitió el uso del nombre social a sus estudiantes trans, además de la existencia de otras iniciativas anteriores; por ejemplo, la presencia en los campus de baños mixtos y salas de lactancia, beneficios a estudiantes mujeres en carreras STEM, el reconocimiento por parte de UDLA del Acuerdo de Unión Civil para la asignación de beneficios familiares como becas o descuentos en el arancel y medidas que fomentan la coparentalidad entre sus académicos y colaboradores.

El diagnóstico, además, arrojó la existencia de un buen clima general al interior de la institución; es decir, no existía en la Universidad un problema crítico en temas de acoso sexual, lo que significa que tuvimos un buen espacio para avanzar y desarrollar otros temas de violencia menos conocidos. Junto con esto, destacan también la presencia de liderazgos femeninos que son percibidos particularmente por los estudiantes, quienes, por ejemplo, reconocen la trayectoria de dos rectoras y la labor de diversas directoras de Escuela y de Carrera; actualmente, 20 directoras de Escuela de un total de 31 personas en cargos directivos y 53 directoras de Carrera de un total de 88.

Entre los desafíos que tenemos por delante, establecimos que debemos trabajar en la diversidad y también debemos avanzar en mayor difusión de los temas de género en todas las modalidades de estudio que ofrece la Universidad, así como en todos los grupos que conforman la comunidad UDLA: además de los estudiantes, académicos y académicas, los colaboradores también deben conocer este tema, desde quienes participan como trabajadoras/es subcontratadas/os hasta quienes son estudiantes de postgrado. Lo esencial es resguardar ambientes seguros al interior de la Universidad, y eso tiene que ser para todas las personas que forman parte de la institución.    

¿Qué destacarías de este proceso?

De todas maneras, el interés que demuestra la comunidad en general sobre este tema. La mayoría nos ha dicho que era necesaria esta institucionalidad de forma más clara; tener conocimiento de a quién se debe acudir, por ejemplo; discernir cómo nos queremos tratar como comunidad y cómo resolvemos nuestros conflictos en una institución como UDLA.

La Política Integral para la Prevención y Sanción del Acoso Sexual, la Violencia y la Discriminación de Género de UDLA, creada con posterioridad a la realización del diagnóstico, nos han dado ese marco y puntapié necesarios para fortalecer las acciones que se venían ejecutando y elaborar nuevas, actualizadas a la realidad de hoy y de acuerdo con la normativa vigente, pero especialmente, sobre la base de la evidencia empírica recogida en el diagnóstico.

Para la realización de la Política convocamos a representantes de distintos grupos de nuestra comunidad universitaria, quienes colaboraron en el proceso de génesis, estableciendo un espacio de intercambio de ideas o visiones que permitió nutrir el trabajo posterior de elaboración. Con esta base ya definida comenzamos a trabajar en la difusión y sensibilización de lo que significa enfoque de género al interior de la Universidad, y en informar de los avances que hemos alcanzado.

Esto lo estamos haciendo de diversas maneras: a través de correos electrónicos dirigidos a toda la comunidad UDLA, mediante notas en el portal de noticias de la Universidad y campañas de difusión en todas nuestras redes sociales institucionales. También hemos difundido estos documentos en la intranet de estudiantes, de académicas/os y colaboradora/es; hicimos exposiciones a los directivos de nuestras tres sedes y nos reunimos con representantes estudiantiles de los campus; estamos haciendo charlas y capacitaciones. Asimismo, definimos y fortalecimos los mecanismos de apoyo para los denunciantes, y estamos trabajando en ajustes a los programas académicos.