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Como parte de su constante compromiso comunitario, voluntarios de Sede Concepción se trasladaron hasta el sector de Pedro de Valdivia Bajo para celebrar a más de 20 niños y niñas en la sede comunitaria del sector.

En la oportunidad, y sumándose a esta fecha dedicada a los más pequeños, los estudiantes realizaron diversas actividades lúdicas como juegos de destreza, stands de pinta caritas, e intervenciones con los niños y niñas que concurrieron junto a sus familiares.

Risas, alegría y motivación, fue la tónica y el reflejo de una instancia coordinada por la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAE) y que dejó felices a todos: a los padres, porque fue un regalo para sus hijos; a sus hijos, porque lo pasaron muy bien; y a los voluntarios, porque dejaron de manifiesto, una vez más, su compromiso solidario.

Monserrat Díaz, coordinadora DAE, explicó que “en diciembre del año pasado realizamos la fiesta navideña en esa comunidad, donde, por aforo, pudieron participaron 50 niños, sin embargo, un gran número quedo fuera. Por tanto, este año quisimos volver a Pedro de Valdivia y celebrar el mes de la niñez con todos aquellos niños y niñas que no pudieron participar anteriormente”.

“La actividad resulto muy conmovedora, los voluntarios desarrollaron una serie de actividades y dinámicas para los niños y niñas que planificaron durante mucho tiempo, y que pudieron disfrutar con mucha alegría y motivación. Además, en esta ocasión, participaron los apoderados de los niños a través de concursos y actividades lúdicas para que también tuvieran un momento agradable”, agregó.

Por último, apuntó que “sin duda, este tipo de actividades fortalece el trabajo comunitario de UDLA, y el compromiso de nuestros voluntarios por participar y seguir generando este tipo de instancias que les permite desarrollar otras habilidades que no se adquieren en el aula”.

En tanto, Kattia Sandoval Millacura, estudiante de Terapia Ocupacional, contó que “personalmente la celebración del mes de la niñez fue una experiencia tan enriquecedora para el corazón. Ver esas pequeñas sonrisas llenan de felicidad el alma, ya que al realizar estas actividades recreativas y lúdicas se crea un espacio seguro, donde los niños se puedan expresar y divertir libremente. La actividad va más allá de solo realizar juegos. Como equipo voluntariado nos permite acercarnos a la comunidad, nuestro entorno y conocer la realidad que se vive, permitiéndonos ser más empáticos y generosos con los demás”.

Agregó que “la motivación de participar es porque creo en el cambio a través de las acciones, por más mínima que sea la acción siempre podemos cambiar y mejorar las cosas de manera positiva. El voluntariado lo hacemos de corazón, que requiere organización, compromiso y constancia, como estudiante de terapia ocupacional es importante promover la salud y bienestar a través de la ocupación en estas actividades”.