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A propósito del Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido, fecha que se celebra el último miércoles del mes de abril de cada año, la Escuela de Biotecnología y Medio Ambiente de la Facultad de Ingeniería y Negocios de Universidad de Las Américas, junto a Codexverde, organizaron un conversatorio que reunió a un panel de expertos. El tema central del mismo  fueron los problemas acústicos que enfrentan las viviendas en Chile; sus causas, las soluciones y su fiscalización.

A modo de introducción, la Directora de la mencionada Escuela, Carmen Gloria González, se refirió a la fecha celebrada señalando que se trata de una actividad que se desarrolla a nivel mundial con el propósito de promover el cuidado del ambiente acústico y la concientización de la molestia y daño que generan los ruidos; educando las medidas adecuadas para evitar daños a la salud de las personas.

El primer punto de la jornada lo abordó Víctor Hugo Lobos, ingeniero acústico de la Universidad Austral y actual encargado de ruido ambiental en el Departamento de Ruido, Lumínica y Olores del Ministerio del Medio Ambiente.

“Durante los últimos años hemos tenido más conciencia sobre el ruido y eso queda en evidencia en las denuncias, por ejemplo; pero nos falta apuntar a quienes generan ruidos. A partir de los antecedentes que tenemos, sabemos que, en Santiago, en periodo nocturno, el 23% de la población está expuesta por sobre los niveles recomendados por la OCDE”, sostuvo el experto.

En esa línea, aseguró que “en zonas residenciales los mayores problemas se dan por la actividad conductual; el vecino que genera ruido por una fiesta, por aspirar a las 12 de la noche”. 

Sobre la relevancia de la aislación, el conversatorio contó con la visión de Jorge Carrasco, ingeniero en sonido y acústica de la Universidad de Las Américas y actual consultor senior de la empresa Decibel.

La mayoría de los pasillos de nuestros edificios son reverberantes, entonces si salgo de la casa hablando muy fuerte o con un perro que está ladrando, eso impedirá que se produzca la atenuación necesaria; ese mismo ruido lo voy a escuchar dentro de mi departamento. Ahí debe existir conciencia de parte de las personas”, afirmó.

A su vez, el profesional fue claro en sostener que “el aislamiento que se está exigiendo ahora, todavía no es suficiente para controlar este tema desde la construcción. Pero también hay que hacer un balance sobre el costo de eso y cómo impactará en los valores de las viviendas; esto ha sido una temática que se ha puesto sobre la mesa y creo que vamos por buen camino”.

Por su parte, Claudio Poo, tesorero del Colegio de Ingenieros en Acústica, se mostró optimista frente a la posibilidad de actualizar las normas vigentes que establecen los requisitos mínimos de aislación acústica que deben cumplir las construcciones de uso habitacional.

A pesar de que existen estudios comparativos que nos muestran que Chile tiene una norma con requisitos caducos, veo con buenos ojos la posibilidad de que se pueda actualizar.De hacerlo, sería -por lejos- la norma más avanzada en toda Latinoamérica”, sentenció.

Respecto de las denuncias por ruidos molestos que sufrieron un alza durante la pandemia de Covid-19, Daniela Riquelme, fiscalizadora de la Superintendencia del Medio Ambiente, comentó: “En los últimos dos años, las denuncias subieron de un 50% a un 60% y, es probable, que sigan incrementándose”.

Explicó que el alza “no se debe a que haya más ruido, sino que las personas están más sensibles al haber estado tanto tiempo encerradas producto de la pandemia. En ese período, había mucho menos contaminación acústica. Otro factor, fue que las faenas constructivas no se detuvieron en cuarentena. Mientras las personas estaban encerradas, la construcción de edificios continúo. Hay que tomar en cuenta que los lugares donde más se construye en Chile es, justamente, cerca de las viviendas de las personas, no al lado del trabajo de ellas”.