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Para mejorar sus procesos formativos, la Facultad de Educación de UDLA ha implementado las Tecnologías para el Aprendizaje y Conocimiento, más conocidas como TAC, las que sirven para complementar, enriquecer y transformar la educación enfocada en el estudiante.

Las carreras de Pedagogía en Educación Básica, Pedagogía en Educación Diferencial, Educación Parvularia, Pedagogía en Educación Física y Pedagogía en Inglés, se han visto beneficiadas con esta implementación, las cuales han potenciado el sello de integración tecnológica que ha estado presente desde sus orígenes.

El Director de la Escuela de Educación, Adrián Villegas, explica la importancia del uso de la tecnología en los medios de enseñanza. “En la Facultad, la tecnología se concibe como un aliado al proceso de enseñanza-aprendizaje, que potencia el desarrollo del aprendizaje al disponer de nuevas metodologías, recursos y posibilidades de interacción que abren nuevas formas de aprender y enseñar”, señala.

En esa línea, se han realizado una serie de acciones transversales con el uso de TAC dentro de diferentes cursos, las que buscan diversificar la modalidad de enseñanza y potenciar la creatividad de los estudiantes. Junto con ello, todas las asignaturas de la Facultad de Educación cuentan con un aula virtual de apoyo como Blackboard, Moodle o en el caso de las prácticas, con Mahara. Esta experiencia virtual se ha visto materializada en la generación de magísteres y diplomados en modalidad online.

La estudiante de Pedagogía en Educación Básica, Catalina Cáceres, comenta su experiencia con la utilización de Blackboard: “Durante la pandemia su uso ha sido muy bueno. Fue una plataforma que facilita el trabajo durante las clases y la interacción con profesores y compañeros, también he tenido buena experiencia subiendo mis trabajos, porque antes de enviarlos nos muestra una visualización y además nos avisa al correo que nuestro trabajo ya ha sido enviado”.

El objetivo del uso de recursos tecnológicos en las distintas carreras, es de brindar a los estudiantes una serie de metodologías que les permitan ampliar sus prácticas de enseñanza tanto didácticas como evaluativas, para potenciar y automatizar una serie de procesos del ámbito de gestión que deben realizar dentro de la docencia.

Para que esto tenga un resultado exitoso, los estudiantes deben mostrar compromiso. “Se debe proponer una experiencia de aprendizaje activa de parte del estudiante; si el estudiante no aplica, no se produce el aprendizaje profundo. Las tecnologías por sí mismas no resuelven ninguna necesidad educativa, es su uso integrado al currículum, consciente de parte del docente y participativo de parte del estudiante, lo que les permiten ser poderosas aliadas del proceso de enseñanza-aprendizaje”, comenta Villegas.

Durante estos dos últimos años, el uso de tecnología a nivel mundial ha contrarrestado las dificultades que la pandemia trajo consigo en materia educativa. Los procesos formativos se complementaron con las herramientas tecnológicas para robustecer las metodologías de enseñanza.

En ese contexto, Villegas agrega que “la pandemia no sólo ha dejado en evidencia las brechas existentes en diversos ámbitos y que son claves en materia educativa, sino ha posicionado la importancia de una educación emocional y afectiva superando la “pantallización” inicial y planteando desafíos en torno a cómo debe ser la educación hoy no sólo a futuro”.

“El desafío actual pasa por aprovechar el uso de tecnología de estos últimos años, profundizarlo y potenciar la integración en la modalidad presencial, además de integrar nuevos espacios de aprendizaje que permitan complementar la clase presencial con el uso de entornos virtuales de aprendizaje”, finaliza Villegas.