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A los 36 años, Felipe Alvear dice que está en la cúspide de su carrera y por lo mismo, trabaja para mantenerse y no bajar su rendimiento. Esgrimista desde los 12 años, el deportista nacional, vicecampeón de los Juegos Panamericanos, está enfocado en su preparación para defender la camiseta de Chile en los Panamericanos que se realizarán en Santiago el próximo año. 

Su carrera como deportista de elite, ha sido acompañada por los estudios en el Instituto del Deporte de UDLA. Primero cursó el Técnico de Nivel Superior en Actividad Física y Deporte, para luego alcanzar la continuidad de la Licenciatura en Ciencias de la Actividad Física, de la cual egresó el 2021.

¿Cómo nació tu amor por este deporte?

En mi infancia practiqué deportes como natación y tenis, y dentro de esa búsqueda, mi padre me presentó la esgrima, puesto que mi abuelo había sido Presidente de la Federación de dicho deporte. A los 12, y a un año de mi primera práctica, viajé a Brasil para una competencia infantil; me encantó el nivel competitivo y la emoción que representa esta especialidad. 

A pesar que muchas personas piensan que es un deporte suave, la verdad es que es considerado un deporte de combate a nivel olímpico. 

Tras esa competencia, seguí entrenando día a día, sacrifiqué un año de colegio, donde di exámenes libres, para así hacer tres sesiones de entrenamiento en el día para lograr los objetivos que me había planteado. Es muy difícil conllevar la vida diaria con el deporte, sobre todo si decidiste llevarlo profesionalmente. Lamentablemente en nuestro país, el deporte es considerado un hobby, más que una profesión. 

¿Cuáles han sido tus principales logros?

He logrado ser dos veces vicecampeón de los Juegos Panamericanos, en Río de Janeiro 2007 y luego en Guadalajara 2011. Ambos logros fueron históricos para la esgrima chilena y quedaron en los registros. 

Además de eso, soy medallista de los Juegos Odesur y actualmente estoy representando a Chile donde estoy considerado para participar en los Juegos Bolivarianos de este año y en plena fase de clasificación para los Juegos Sudamericanos que se realizarán en Santiago el próximo año. 

Tengo 36 años, siento que estoy en la cúspide de mi carrera. La esgrima es un poco más longeva que otros deportes, lo que me permite continuar y seguir disfrutando este deporte que tanto me apasiona. 

En estos años, también trabajaste en tu formación como entrenador de Esgrima. 

Sí, efectivamente. En paralelo a la Licenciatura, realicé el curso de entrenador, el cual lo terminé justo cuando egresé de la carrera. Ahora lo único que me falta es entregar una tesis final para así optar al grado de “Maestro”. 

Mientras terminaba mis estudios, estuve trabajando como entrenador de esgrima en la Escuela de Investigaciones y además hice clases formativas a niños. Hoy he dejado en pausa ese proyecto porque estoy full dedicado a la clasificación para los juegos Sudamericanos. De todas formas, siempre estoy en contacto con la Federación de Esgrima para buscar la forma de seguir activo una vez que termine mi tiempo como deportista. 

¿Cómo se gestó tu llegada al Instituto del Deporte de UDLA y cómo crees que ambas carreras han servido para tu carrera?

Hace algunos años comencé con las clases de Técnico de Nivel Superior en Actividad Física y Deporte, pero tuve que congelar debido a algunas decisiones deportivas que tomé como fue irme de gira más largas o ir a entrenar al extranjero por nueve meses. 

Una vez que llegué, hablé con las autoridades del Instituto del Deporte y me ayudaron a terminar mis estudios. Tras eso, y aprovechando las becas que me ofrecieron por ser deportista de alto rendimiento, me matriculé en Licenciatura en Ciencias de la Actividad Física.

Siento que esta carrera es el complemento perfecto para mi rol como profesional del deporte, porque me entregó conocimientos específicos y recientes con respecto a cómo van los deportes en general. También ahondamos en planificación, teoría del entrenamiento y muchas cosas más.

¿Cómo crees que UDLA apoya a los deportistas que son parte de nuestra casa de estudios?

El apoyo que entrega UDLA a través de las becas deportivas es muy importante. A mí me tocó el 80% de beca y ese porcentaje me permitió estudiar y seguir adelante con mi carrera como deportista. Además, me dieron la posibilidad de viajar, mandar mis trabajos y rendir mis exámenes con tiempo; eso me permitió sacar la carrera adelante. 

Reconozco que no soy un alumno brillante, pero sí el deporte y la edad me permitieron enfocarme y tomar la carrera de forma más responsable. Agradezco al Director del Instituto del Deporte, Claudio Cifuentes, al Director de Deportes, Raúl Vergara, y a todos los docentes que fueron parte de mi carrera. 

Me gustaría que algún día se pudiese trabajar a nivel de país como lo hacen las universidades de Estados Unidos quienes le dan un valor competitivo al deporte, puesto que compiten entre ellas mismas, lo que permite mejorar el nivel en sus distintas disciplinas deportivas.

¿Qué mensaje le darías a las futuras generaciones?

A los estudiantes les diría que se tomen de forma seria el deporte. La actividad física es algo primordial, no es un hobby; por los índices de sobrepeso que tiene nuestro país, necesitamos que las personas realicen más actividad física. Si le quieren dar relevancia y seriedad al trabajo, deben tomárselo de forma muy profesional. Les deseo mucho éxito a nuestros futuros colegas.