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Daniel Montalva, Decano de la Facultad de Derecho de UDLA, fue invitado por la Universidad mexicana de Xalapa a una conferencia magistral en la cual expuso sobre “Asociaciones empresariales en el Siglo XXI”. El objetivo de su ponencia fue otorgar una mirada global sobre la sociedad chilena y cómo suscaracterísticas inherentes y particulares han influido hasta ahora en la política y en la economía del país.

El Decano inició su presentación haciendo un diagnóstico sobre el crecimiento económico de Chile en los últimos treinta años explicando que “esto se debe a que somos un país moderado. Si bien no confiamos en las instituciones, en nuestros vecinos o en la gente que conocemos, no somos personas radicalizadas que nos basamos más en la sociabilidad que la asociatividad”.

A su vez, se refirió especialmente al rol de las universidades que están llamadas a recomponer confianzas y aumentar el capital social ya que son los actores con mayor aprobación social.

Refiriéndose al estado actual del país y el descontento de los distintos estratos de la sociedad, el expositor mencionó la fragmentación del poder: “Se nos caen todas nuestras instituciones de la noche a la mañana y no tuvimos con quien relacionarnos (…) entre las redes sociales, las fakenews, la atomización del poder y la crisis política, nuestra población se transformó en una sociedad que exige la inmediatez de satisfacción y tiene sensaciones de abuso generalizado”.

Además, hizo una revisión atendiendo a la coyuntura del país a partir del estallido social de octubre de 2019, el Acuerdo Constitucional y posteriormente las consecuencias de la emergencia sanitaria desarrollada por la propagación del Covid-19. Bajo este escenario recalcó el papel de los gremios empresariales.

“Necesitan adquirir una representatividad y un papel como asociación. Como cuerpo intermedio deben ayudar al levantamiento de los interlocutores válidos que nos permitan encausar los debates actuales”, expresó.

Como conclusión, Montalva evidenció que, al igual que otros países de Latinoamérica, Chile está en un punto de inflexión y que “nuestro gran riesgo es que tenemos liderazgos institucionales que carecen de autoridad para liderar el discurso ético y a esto se suma esa atomización del poder que crea constantemente nuevas fuerzas políticos-sociales inestables las cuales hacen muy difícil el diálogo, por lo que es imperativo avanzar en mayor capital social y en recomponer las confianzas”.