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El Congreso Caribeño de Investigación Educativa se ha constituido como uno de los espacios académicos más importantes del continente al estar abierto a todos los profesionales de la educación. En su segunda versión, titulada “Nuevos Paradigmas y Experiencias Emergentes”, el congreso apuntó al cambio de paradigmas en la educación a causa de la pandemia.

En ese contexto, las académicas de la Facultad de Educación, Paola Santander, Marisol López y Leonor Ríos expusieron la ponencia “Impacto académico en la formación inicial docente mediante el trabajo colaborativo interdisciplinario”.

El objetivo de este estudio fue determinar el impacto académico que existe cuando se ejecuta un plan de innovación que incluye el diálogo y la reflexión de la praxis docente y la utilización de estrategias de aprendizaje diversificadas.

El estudio fue realizado en la asignatura de “Teoría y Diseño curricular” e involucró a estudiantes de segundo año de la carrera de Pedagogía en Educación Básica del régimen vespertino. Esta experiencia se focalizó en la implementación de estrategias de codocencia o trabajo colaborativo interdisciplinario, evidenciando un impacto académico en la formación inicial docente, lo que se traduce en el aumento de los logros de aprendizaje en habilidades pedagógicas.

En este sentido, a partir de los resultados obtenidos en las evaluaciones aplicadas en el proceso de enseñanza, es posible evidenciar que los estudiantes adquieren habilidades de integración de conocimientos, verificándolos al momento de realizar un diseño curricular.

Paola Santander calificó la participación del equipo UDLA como muy trascendental: “La exposición en este congreso ha sido un tremendo desafío, entendiendo que estamos en un proceso mundial de cambio y que a partir de esto, generamos estas innovaciones que permitan a nuestros estudiantes posicionarse de una manera distinta, teniendo las herramientas para desarrollar una docencia de calidad. Con estos resultados, nos ponemos a la vanguardia en educación, dada la contingencia. Nuestros estudiantes están conscientes que educarán a la sociedad chilena de los próximos 20 años”.

Otra de las conclusiones que afloraron del estudio apuntó a que el trabajo colaborativo interdisciplinario permitió generar acciones de reflexión y consciencia compartida, lo que da cuenta de la adopción de diversas formas de enseñar y evaluar, así como también de la importancia de la retroalimentación constante y la evaluación formativa como una manera  de valorar los errores para el aprendizaje.