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Rodrigo Espíndola es un nombre que se recuerda con cariño en Universidad de Las Américas. Antes de su egreso en 2008, el profesional se destacó como estudiante de Pedagogía en Educación Física del Campus La Florida y además como goleador de la selección de fútbol de nuestra casa de estudios.

¿Por qué decides ingresar a estudiar Pedagogía en Educación Física?

Mi decisión pasó especialmente por mi relación con el deporte. Durante muchos años fui parte de las divisiones inferiores de Colo Colo, tuve la posibilidad de estar en el primer equipo, por lo que decidí estar ligado al fútbol desde la parte pedagógica. Se me dio la posibilidad de estudiar en UDLA y luego ganarme la beca deportiva, así que fue muy bueno.

En los registros del área deportiva de nuestra casa de estudios, figuras como uno de los históricos, debido a los buenos resultados que obtuviste. ¿Cómo recuerdas tu paso por la selección de fútbol de UDLA?

Fueron años muy bonitos en mi vida, la verdad es que la pasé muy bien jugando por UDLA. Tuve la oportunidad de competir en varias instancias, jugar fuera del país, coronarnos como campeón sudamericano en Uruguay y salir goleador dos veces de la Copa Universia. 

¿Cómo analizas la importancia que UDLA le da al deporte?

Encuentro buenísimo que se preocupen y le den la relevancia que corresponde al deporte. Además, creo que hacer este tipo de actividades físicas les ayuda mucho a los estudiantes cuando se enfrentan al mundo laboral, puesto que logran desenvolverse bien en temas importante como el respeto, la disciplina, los horarios; que son cosas que las selecciones en este caso, enseñan muy bien.

¿En qué trabajas actualmente?

En estos momentos soy coordinador de la sede San Joaquín de la Fundación Pelota de Trapo, la cual tiene como fin promover el deporte en niños y niñas que viven en contextos de vulnerabilidad social, en poblaciones altamente concentradas y desposeídas, realizando actividades físicas y recreativas que contribuyan a su desarrollo integral y a su integración social.

Trabajar en una fundación es algo totalmente gratificante, puesto que me permite trabajar con niños, verlos felices y además con la posibilidad de entregarles mis conocimientos pedagógicos y del fútbol, que fue una profesión que llevé por tantos años. Siento que, a través del fútbol, les estoy devolviendo la mano.

¿Qué destacas de tu formación como profesional en la Universidad?

UDLA me entregó herramientas muy positivas como el respeto, el poder planificar y entregarle una buena clases a los estudiantes. Destaco la malla curricular que tuvimos y los profesores que me hicieron clases; todos se mostraron muy amables y abiertos a responder nuestras consultas. Estoy muy contento con lo que aprendí en UDLA.