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En el marco del “Ciclo Creación en Arte y Ciencia” del Núcleo Lenguaje y Creación se realizó el conversatorio sobre el trabajo de María Jesús Schultz, Sensible al Código, quien es parte de la residencia 2021.

En esta ocasión estuvieron presentes como panelistas la Licenciada en Bellas Artes e investigadora de bordados latinoamericanos en trenza textil, Tamara Marcos; el Doctor en Filosofía y profesor de la Facultad de Humanidades de la Universidad Alberto Hurtado, Roberto Rubio y el Doctor en Filosofía, académico e investigador del Instituto de Humanidades de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Claudio Celis.

Schultz describió el proyecto como la “exploración de la utilización creativa de algoritmos de aprendizaje maquínico y sistemas físicos interactivos para promover experiencias que parecen exceder nuestras posibilidades sensoriales e interpretativas”.

Durante su presentación, Tamara Marcos explicó el proceso y el funcionamiento de las imágenes sonoras que forman parte de su trabajo, y cómo estas son realizadas con tinta conductiva de grafito y nano partículas de cobre, que al ser tocadas con las manos producen sonidos digitales.

 

El trabajo de Schultz está inspirado en el pueblo Shipivo-Konibo, un grupo étnico del  amazonas peruano que tras consumir ayahuasca transfieren los códigos de la naturaleza de sus visiones en diferentes soportes llamados kené para después ser interpretados a través del canto al tocar estas superficies.

Marcos comparó las similitudes de los kené y el proyecto Sensible al Código, “el pueblo Shipivo hace visible las energías invisibles con una tecnología ancestral por medio de un ritual chamánico sagrado y la obra Sensible al Código utiliza la tecnología contemporánea para llegar al mismo resultado. Hacer visible lo invisible y hacer audible lo inaudible”.

Por su parte Celis manifestó que “el proyecto de investigación toca puntos teóricos como prácticos, tanto la producción creativa de la obra como las experiencias estéticas solo son posibles a partir de una especie de distribución de elementos humanos y no humanos”. Pero además comentó la parte práctica de la obra, “el mapa visual es el que define la experiencia auditiva y es al mismo tiempo la experiencia auditiva y táctil la que nos permite ver”.

“Poniendo en relación estas prácticas rituales con el funcionamiento de circuitos de ciertas tecnologías actuales, es lo que podríamos llamar técnicas culturales. Una de las cosas que me gustó mucho es que el circuito se cierra colocando las manos, el circuito es una especie de for dance fenomenológica”, cerró Rubio.