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Una de las principales medidas para prevenir el contagio de Covid-19, es el uso permanente de mascarilla, elemento de protección imprescindible para quienes están retornando a actividades presenciales. Sin embargo, su empleo prolongado está provocando algunos inconvenientes en quienes usan la voz como herramienta de trabajo, entre ellos, profesores, locutores, operadores telefónicos y vendedores, para quienes este implemento representa una barrera, teniendo que hacer un sobresfuerzo para comunicarse, sufriendo en muchos casos fatiga vocal.

Camilo Vargas, académico de la carrera de Fonoaudiología de Sede Viña del Mar, explica que “el sonido de nuestra voz se produce en la laringe por el movimiento de las cuerdas vocales que modulan y sonorizan el paso del aire, lo cual, combinado con la respiración influye en el tono, volumen y alcance que tenga la voz, por lo que ocupar correctamente el sistema fonatorio facilita la producción de una voz audible, clara y que no signifique un esfuerzo innecesario”.

María Victoria Emperanza, docente de la misma carrera, agregó que “al hablar usando mascarilla o escudo facial se pierde parte del volumen de la voz, entre tres a cinco decibeles, lo que limita su proyección e inteligibilidad, por eso se tiende al esfuerzo vocal. La mantención en el tiempo de esta conducta puede causar disfonías u otros síntomas vocales y, considerando que la voz es fundamental en el trabajo de muchos, es importante conocer herramientas que permitan cuidarla y optimizarla mientras se usa mascarilla”, como, por ejemplo, ejercicios de calentamiento y enfriamiento vocal, además de recursos de higiene vocal y una adecuada hidratación.

Calentamiento vocal (ejercicios por 10 a 15 minutos antes de iniciar el trabajo):

  • Elongación suave de hombros y cabeza, movimientos hacia adelante, atrás y en círculos. Repetir cada uno tres a cinco veces.
  • Vibración de labios y lengua, un minuto cada uno, con movimiento fluido y continuo.
  • Producir el sonido “m” de manera sostenida por tres minutos, respirando suave.
  • Producir tres veces el sonido “u” desde lo más agudo a lo más grave y viceversa.
  • Repita el ejercicio anterior, pero con el sonido “i”.
  • Realice su rutina de saludo habitual sobrearticulando cada palabra.

Enfriamiento vocal (ejercicios por 10 a 15 minutos al finalizar su labor):

  • Elongación suave de hombros y cabeza: movimientos hacia adelante, atrás y en círculos. Repetir tres a cinco veces.
  • Realizar vibraciones de labio y lengua sin sonido.
  • Realice una “u” sostenida que descienda del sonido más agudo posible al más grave.
  • Realice al menos tres bostezos de la forma más natural posible.

Hidratación

  • Beba mínimo dos litros de agua durante el día para mantener hidratada la mucosa laríngea.
  • Evite líquidos con cafeína o teína en exceso, pues deshidratan el tejido de los pliegues vocales.

Higiene vocal

  • Evite ingerir productos irritantes o secantes de la mucosa laríngea: condimentos, alimentos a temperaturas extremas, caramelos de menta o eucaliptus, bebidas alcohólicas, tabaco.
  • Comer manzana ayuda a limpiar el tracto vocal y a ejercitar los músculos del habla.
  • Hable a una intensidad moderada, de manera pausada y articulada. No grite ni susurre.
  • Respire antes de hablar y no use el aire hasta el final.
  • Evite carraspear o toser para “aclarar la voz”. Prefiera ingerir pequeñas cantidades de agua.
  • Limite el tiempo de uso de la voz. Haga momentos de silencio que permitan el reposo vocal.
  • Dormir y descansar bien es indispensable para cuidar la voz.

Síntomas inusuales

  • Consulta a un otorrinolaringólogo o fonoaudiólogo ante estos signos o síntomas inusuales: disfonía por más de 7 días, voz cambiante o que se cansa excesivamente, dificultad para hablar al despertar, pérdida de voz al final del día o luego de hablar por mucho rato, si no puede hablar en volumen bajo o si presenta voz ronca persistente.