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Como parte de su vinculación con el medio y su preocupación constante por la capacitación de sus socios comunitarios, la Escuela de Agronomía organizó la charla “Evidencias y efectos de Plaguicidas Altamente Peligrosos (PAPs) en salud humana y medio ambiente”, la cual estuvo dirigida a diferentes agricultores del país.

“Para nosotros como Facultad, es muy satisfactorio tener la posibilidad de ofrecer esta capacitación. Este curso nace a partir de la oportunidad que tuvimos de relacionarnos con los Prodesales de Talagante y Peñaflor, lo cual ha sido una tremenda experiencia porque nos permite conocer la realidad de los agricultores en el día a día”, manifestó la Decana de la Facultad de Medicina Veterinaria y Agronomía, Lorena Jofré, en las palabras de inicio de la actividad.

El encargado de liderar la charla de capacitación fue Sebastián Elgueta, ingeniero agrónomo y Magíster en Ciencias de Recursos Naturales de la Universidad de La Frontera y Doctor en Ciencias Ambientales de la misma universidad y de la Universidad Federico II de Nápoles, Italia. Académico investigador de la Escuela de Agronomía de la Facultad de Medicina Veterinaria y Agronomía de nuestra casa de estudios.

Elgueta comenzó la jornada explicando que plaguicida “es cualquier sustancia destinada a prevenir, destruir, atraer o combatir cualquier plaga, incluidas las especies indeseadas de plaga o animales durante la producción, almacenamiento, transporte y elaboración de alimentos y productos agrícolas”.

Sobre su uso, el profesional comentó que pueden clasificarse en varios aspectos: para uso fitosanitario, ganadero, en la industria alimentaria, ambiental, higiene personal y doméstico. También de acuerdo a su toxicidad, la cual irá desde “de baja peligrosidad” hasta “muy tóxico”, pasando por nocivos y tóxicos.

Los plaguicidas son intrínsecamente peligrosos y, entre ellos, algunos causan un daño al medio ambiente y a la salud humana.  Entre la FAO y la OMS desarrollaron ocho criterios para plaguicidas altamente peligrosos”, manifestó.

Con respecto al uso de estas sustancias en nuestro país, el profesional mostró las siguientes cifras: “En el 2001, en Chile se vendían 24.139 toneladas de plaguicidas, mientras que  esa cifra en 2019 alcanzó las 54.697, incluyendo los insecticidas, fungicidas, herbicidas y Miscellaneous”.

En esa línea agregó que “estos productos tienen que ser utilizados de buena manera. Lo que significa tomar cursos para calibrar el equipo, ver las dosis, preparar las mezclas; cuando hacemos ese trabajo bien, de todas formas, se pueden controlar las enfermedades”.