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La Facultad de Ingeniería y Negocios comenzó este mes con el Ciclo de Tecnología y Negocios, el cual busca dar a conocer cómo las empresas integran nuevas tecnologías en la búsqueda de mejores resultados, para poder conectar mejor con los usuarios actuales.

En su primera sesión, la temática se basó en Data Science y el trabajo con las empresas. Para lo cual se invitó a Christopher Pope, ingeniero civil informático de la Universidad Técnico Federico Santa María y actual Director de Data Science para Falabella Retail, con más de 10 años de experiencia en proyectos de Data Science y Big Data.

El profesional comenzó la charla explicando que hoy en día, “una empresa que no tiene datos, no puede hacer nada. Hay que cuidarnos, muchos dicen que los datos son el nuevo petróleo, por lo que tienen que ser usados con precaución”.

Sobre de qué se trata el Data Science, el expositor apuntó que se puede explicar en tres grandes elementos: “el primero es el conocimiento de la tecnología, cómo utilizarla, cómo desarrollarla y no siempre quedarnos en un Excel. También debe saber mucho de estadística o matemática porque tenemos que entender qué hay por debajo de los algoritmos. Finalmente conocer un poco del lugar donde nos vamos a desempeñar, cómo es la estructura de la empresa, etc”.

El Machine learning, herramienta para analizar los datos, también fue un tema abordado durante la charla con los estudiantes. Pope manifestó que, para trabajar esta plataforma, hay cuatro grandes procesos, siendo el primero “el entender el problema, saber qué es lo que queremos hacer. Luego cómo obtener los datos, dónde tenemos que procesarla. La parte que más llama la atención en las personas es el análisis de los datos, pero es importante que se entienda que este no es el primer paso, sino que el tercero. Finalmente está el paso a producción que es donde el modelo se despliega, entra en una aplicación y comienza a funcionar”.

Con respecto a los proyectos que ha trabajado Pope, el especialista compartió uno que llamó bastante la atención ya que se trató del monitoreo de plagas. “Había polillas que afectaban a las frutas, las cuales se pudren y no se pueden exportar. El problema era cómo contar estos animales de forma automática, porque hasta ese entonces alguien lo hacía de forma manual y la información le llegaba varios días después del SAG”, comenzó explicando.

El proceso siguió de la siguiente forma: “Trabajamos en un algoritmo y en una aplicación con la cual las personas iban al lugar, tomaban la fotografía, se subía a la nube, se procesaba, se contaba de forma automática la cantidad de polillas que había y esa información quedaba disponible para la empresa”.