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“Los desafíos para la educación superior en el futuro post pandemia” fue el tema abordado en la Inauguración del Actividades Académicas 2021 de Sede Concepción. La jornada contó con la de destacada exposición de Jamil Salmi, Doctor en Estudios del Desarrollo por la Universidad de Sussex, Inglaterra; reconocido coordinador de programas de educación superior del Banco Mundial; y asesor de planteamiento estratégico en universidades de Europa, Asia, América Latina y África.

La actividad online, que contó con la participación de la Rectora, Pilar Romaguera; la Vicerrectora de la Sede Concepción, Paz Hormazábal; directores, académicos, docentes, estudiantes y egresados de UDLA, se inició con las palabras de bienvenida de la autoridad de Sede, quien señaló que “el mundo de la educación se ha visto enfrentado a una profunda transformación y adaptación que nos llevó de las aulas presenciales a las aulas virtuales, de la pizarra a la plataforma digital, y si bien las tics llevan años funcionando, hoy han sido las protagonistas para mantenernos comunicados e informados de manera permanente”.

“Aunque la pandemia nos evidenció problemas de conectividad, falta de recursos tecnológicos individuales y desconocimiento de las plataformas disponibles, abrió también oportunidades y desafíos como, por ejemplo, estar conectados a lo largo del país e incluso a nivel mundial, disminuir la huella de carbono al evitar los traslados, descubrir nuevas formas de impartir clases y estar con la familia de manera permanente”, agregó Hormazábal.

La jornada, continuó con la exposición de Jamil Salmi, quien afirmó que “el COVID-19 nos ha cambiado el paisaje de la educación superior como nunca había sucedido”, evidenciando la desigualdad entre los estudiantes, donde los más perjudicados han sido quienes tienen menos recursos; y reconociendo problemas estructurales como el acceso limitado a internet, infraestructura digital inadecuada y un modelo de financiamiento precario.

Salmi, destacó la importancia de que las universidades se adapten a este nuevo escenario que llegó para quedarse, facilitando la capacitación tanto a profesores como a estudiantes, monitoreando el aprendizaje para identificar a quienes tienen dificultades, entregando apoyo financiero, con el objetivo de implementar una educación en línea de calidad, a través de un trabajo que promueva el sentimiento de pertenencia y la participación, mediante el uso de tecnologías accesibles. “Es importante que el aprendizaje en línea sea de calidad, expresado en un aprendizaje centrado en el estudiante, que despierte la curiosidad, incentive la pasión y desencadene el talento”, precisó.

También se refirió a la incorporación de la tecnología en diversas universidades del mundo previo a la pandemia, las cuales apoyaban su quehacer académico con realidad virtual que les permitía realizar simulaciones en áreas de la ingeniería, laboratorios que combinaban diversas ciencias para realizar tecnología a distancia, académicos que impartían clases en distintos lugares al mismo tiempo a través de hologramas;  y que utilizaban Inteligencia Artificial a través de robots que respondían preguntas de estudiantes en clases presenciales. “El COVID-19 ha sido un acelerador de las transformaciones, pero asimismo un amplificador de las desigualdades”, agregó.

En su exposición, además destacó el importante aporte que las universidades han realizado a la comunidad y a sus estudiantes durante la pandemia, a través de la entrega de computadores, planes de internet, becas de emergencia, apoyo médico a enfermos con COVID-19, equipos médicos a hospitales, investigación en pruebas, medicamentos y vacuna; produciendo productos médicos y facilitando el uso de infraestructura para uso hospitalario y lugar de cuarentena.