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“Derribando el mito de que las infancias son territorio femenino: educadores de párvulos, un mundo más allá” fue el nombre elegido por la Escuela de Educación Parvularia y la Red de Educación de Párvulos Los Cotonas Verdes, para la actividad que buscó dar a conocer la visión de un grupo de hombres formados en una profesión de tradición femenina y generar, con estos antecedentes, elementos para desarrollar una opinión respecto de las “profesiones para hombres o mujeres”, la importancia de la participación masculina en la formación de niños y niñas en la primera infancia y la necesidad de atraer a estudiantes hombres a las carreras de educación paran la infancia.

Tras las palabras de inicio de la Directora de Escuela de Educación Parvularia, Andrea Figueroa, tomó la palabra, Rubén Pizarro, Educador de Párvulos y Director Ejecutivo de la Corporación Municipal Deportiva y Cultural de Copiapó.

No es fácil estudiar Educación Parvularia en nuestro país siendo varón, no somos más de medio centenar en todo Chile hoy en día. Recuerdo que el primer día de clases en la universidad me enfrenté a 49 compañeras y yo era el único hombre; a pesar de esos nervios, tengo muy buenos recuerdos de esa época (…) Estuve en aula cinco años y estuve al frente de cinco generaciones de las cuales hasta el día cuando ando por la calle me saludan y soy el Tío Rubén. Eso es vocación”, manifestó Pizarro.

Por su parte, Robinson Ramírez, educador de párvulos y jefe del Área Regional del Departamento de Protección de la Infancia Integra Atacama de Copiapó, apuntó que “si bien me costó una enormidad ejercer como educador de párvulo, la experiencia y el camino que recorrí después, me llenó de energía y confirmó mi vocación por esta profesión. Al principio había mucha curiosidad y desconfianza de parte de los padres por quién es ese nuevo tío que llega el jardín, pero a medida que uno se va desarrollando como profesional, te van conociendo como persona y el aporte que puedes hacer a la comunidad”.

Sobre la desconfianza de los apoderados y los mitos que existen entorno a al rubro, Luis Vergara, educador de párvulos y Director del Liceo Nuestra Señora de La Paz de Viña del Mar, compartió su experiencia con los presentes: “Fui el único varón dentro de la carrera, con mucho sesgo de la sociedad en general e incluso, con muchos problemas para poder tener práctica profesional. Me costó demasiado ejercer como educador, a los apoderados les costaba vernos dentro del aula, había una creencia hacia nosotros de que no podíamos ejercer al igual que nuestras compañeras”.

Una experiencia diferente tuvo Alexis Torres, Educador de Párvulos bilingüe del Farmland School quien apuntó que “siempre tuve una muy buena recepción, especialmente de parte de los padres europeos. Para ellos era común ver a un educador en el aula. Además, siempre estuve con una colega educadora en la sala, entonces eso generaba el equilibrio entre hombre y mujer, un referente familiar para los niños”.