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Bajo la necesidad de contribuir con la comunidad investigativa, la Escuela de Pedagogía en Educación Física diseñó una instancia para que aquellos estudiantes y otras personas interesadas en la producción científica, puedan conocer la estructura de un artículo científico.

El encargado de liderar la charla fue Álvaro Huerta, académico de la Carrera de Pedagogía en Educación Física de UDLA, Doctor en Actividad Física y Salud de la Universidad de Granada, España; Magíster en Entrenamiento Deportivo de la Universidad Mayor, profesor de Pedagogía en Educación Física y licenciado en Educación de la Universidad de Playa Ancha de Ciencias de la Educación.

Un artículo, en su desarrollo, tiene mucha información que no da mucho espacio a jugar con tantas alternativas, por lo tanto, es ideal que el investigador conozca qué información debe existir dentro de cada uno de estos segmentos y en qué se deben fijar para que esa investigación se pueda transformar en un artículo científico y eventualmente se pueda publicar en una revista”, manifestó.

Con respecto al resumen del trabajo de investigación, Huerta apuntó que “este puede ser estructurado o no estructurado y eso dependerá de las normativas que entrega la entrevista y también condiciona el número de palabras. Lo normal es que se maneje un rango de 200 a 250 palabras; si uno baja o se pasa de eso, lo más probable es que el artículo sea rechazado. Cuando el resumen es estructurado aparece la introducción, objetivo, materiales y métodos, resultados y conclusión”.

El siguiente paso es la introducción, la cual fue analizada de la siguiente forma por el expositor: “Es bien pragmática y normalmente tiene cuatro párrafos, no sale de eso. El primero, habla del estudio que se va a desarrollar; el segundo, se operacionaliza la variable uno de estudio; luego, se analiza la variable dos y finalmente el cuarto párrafo aborda, de forma implícita, el planteamiento del problema, la pregunta de investigación y los objetivos”.

Sobre los materiales y métodos, Huerta explicó que en este punto el autor debe explicar todos los pasos secuenciales que se hicieron en la investigación con el propósito de que cualquier investigador que quiera desarrollar el estudio, si trabaja con las mismas variables y una muestra parecida, pueda llegar a resultados semejantes.

En la parte final del texto aparecen los resultados, discusiones y las conclusiones. Con respecto al primer punto, el académico manifestó que “se pueden declarar de distintas formas, texto, tabla o gráficos. Lo importante es que no exista duplicidad de información porque si pasa eso, la revista va a rechazar el documento. El autor no puede dar a conocer los resultados en tabla y además en gráfico”.

Sobre las discusiones apuntó que “tienen como propósito enfrentar los resultados de nuestro estudio con otras investigaciones que hayan trabajado sobre variables semejantes. Independiente de aquello, es normal que la discusión empiece con una especie de “conclusión”. Lo que pide la revista es mostrar un pequeño dato para darle el orden secuencial a la discusión”.

Al finalizar, aparece la conclusión, la cual es bien concreta. “Está relacionada directamente a los objetivos de los estudios. No hay mucho margen y es normal que las conclusiones sean con palabras bien acotadas, que no sea extensa. Es raro también que exista una referencia bibliográfica”, apuntó Huerta.