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Como parte de la celebración del “Día Internacional de la Traducción 2020”, la Escuela de Traducción e Interpretación en Inglés invitó a toda la comunidad estudiantil a la charla “La enseñanza y la práctica de la interpretación consecutiva ¿Conversemos?”.

Este conversatorio invitó a los presentes a reconocer la interpretación como una actividad diferenciada de la traducción, e introducirse a la teoría que sustenta la práctica de todo intérprete como generador de su propio discurso y recreador del discurso del otro. A la vez, a conocer de manera preliminar los recursos que debe poner en juego un intérprete cuando se encuentra fuera de su zona de confort y se ve expuesto al público.

La encargada de realizar la charla fue Alejandra Jorge, Presidenta del Centro Regional América Latina de la Federación Internacional de Traductores (FIT), miembro del Consejo de FIT y copresidenta de la Comisión Especial de FIT sobre Educación y Desarrollo Profesional.

Jorge comenzó explicando por qué la interpretación consecutiva genera un poco de distancia entre los profesionales del área. “La interpretación simultanea ofrece una red de protección desde todo punto de vista: físico, porque tenemos una cabina con vidrio; tenemos un colega al lado, al cual podemos recurrir; tenemos un botón para silenciarnos. La consecutiva no tiene nada de eso, una vez que la oradora terminó de hablar, el que pasa a ser protagonista es el intérprete, ahí no hay red de protección que valga”.

Con respecto a las situaciones donde se usa esta interpretación, la expositora explicó que dependía principalmente de la cantidad de oradores: “La consecutiva se utiliza cuando los oradores son pocos como por ejemplo recepciones de gala o instancias de capacitaciones; en este caso la cantidad de público no incluye. En toda situación de interpretación hay siempre tres participantes: orador, público y el intérprete. Pero hay algunas situaciones que llega la prensa y ahí también se debe usar la consecutiva porque, si fuese simultáneo, se perdería la voz del orador original”.

Sobre las ventajas de usar esta metodología, Jorge sostuvo que “la primera y más importante es que tengo contacto directo con el orador; lo voy a conocer, puedo pactar las pausas y repreguntar si no entendí algo antes de interpretar. También me da la posibilidad de estar en contacto con el público porque así uno percibe la temperatura de lo que está pasando. Si me toca un orador muy aburrido, mi labor es hacerle más ameno el momento a la gente. No puedo cambiar lo que dice, pero sí puedo cambiar cómo lo digo. Con respecto al tiempo, en la simultanea tengo que ir 10 o 12 segundo detrás del orador porque sino me pierdo, mientras que en la consecutiva puedo ir a mi propio ritmo”.

Por último, la expositora compartió con los estudiantes que, “durante la interpretación siempre se habla en primera persona, no se usa el “dijo que” “aclaró que”, si el orador es hombre y yo mujer, de todas formas, hablo en masculino porque lo estoy representando a él. ¿Se corrige al orador? Yo digo que no, porque la mitad que lo escuchó va ver el error y si yo lo corrijo, la otra mitad no lo verá”.