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La Red de Egresados UDLA llevó a cabo durante dos jornadas el seminario: “Mujer, trabajo y desarrollo de carrera”, una instancia de acción orientadora en perspectiva de género, donde se abordaron aspectos para el desarrollo profesional de las graduadas de nuestra universidad.

La exposición central de esta actividad estuvo a cargo de profesionales de la Fundación OCIDES, organización que busca promover, difundir e implementar iniciativas de educación para la carrera y orientación a lo largo de la vida (desarrollo de carrera).

Estefanía Andahur, psicóloga y diplomada en Género, Derechos Humanos y Políticas Públicas de la Fundación Henry Dunant (EEUU) analizó la situación nacional con respecto a mujeres y trabajo: “actualmente la tasa ocupacional nacional de las mujeres corresponde a un 48,6% y tienen un ingreso medio de $474 mil pesos vs. los 652 mil de los hombres. El grupo etario que más brecha salarial tiene es el que compuesto por las mujeres entre las 30 y 54 años y además tienen posgrado”.

Durante su exposición, Andahur ahondó en el concepto “Techo de cristal”, concepto que nació a raíz del cuestionamiento sobre por qué las mujeres tienen una presencia nula o mínima en los cargos altos de toma de decisiones. “Se evidenció que, al momento de ser consideradas para esos cargos, surgía una especie de barrera invisible que no permitía que las mujeres ascendieran. Si bien este techo está lleno de prejuicios, también está la autoeficacia, que se refiere a la baja autopercepción de las capacidades personales para operar en ciertas situaciones. Las mujeres tienen una percepción menor de autoeficacia que los hombres cuando se trata de actividades que supuestamente son masculinas como es dirigir”.

Por su parte Isabella Cuneo, psicóloga de la Universidad Diego Portales, experta en intervenciones educativas para el desarrollo de carrera y orientación a lo largo de la vida en Fundación OCIDES, señaló que: “el desarrollo de carrera no termina con una estrategia de búsqueda de empleo, sino que la incluye. Este es un plan rigurosamente estudiado, pensado y actualizado en base a lo que yo quiero lograr, cuál es mi sueño. La pandemia y el estallido social nos han enseñado que debemos ir integrando la información que vamos recibiendo del entorno con nuestro propio sentir y cómo lo orientamos hacia nuestro objetivo profesional”, sostuvo Cuneo.

Con respecto a la importancia de planificar desde el enfoque de género, la profesional manifestó que “no solo voy a poder tomar mejores decisiones, sino que además voy a disminuir un poco la incertidumbre, focalizar mis esfuerzos y lograr un mayor autoconocimiento y del resto. Si no hace esto, la persona comienza a sentir poco control sobre su futuro, ve el mundo laboral como una sorpresa y existe una dificultad para adaptarse al mundo del trabajo”.