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El Instituto del Deporte reunió a estudiantes, docentes y académicos en torno a la charla orientada a entregar información actualizada respecto de los cambios presentados en la actividad física y la nutrición de la población general a causa del confinamiento, con el objetivo de identificar estrategias futuras de intervención.

La expositora de la jornada denominada “Actividad física y nutrición, ¿qué desafíos nos deja el confinamiento? Una mirada desde la ciencia” fue Lorena Moreno, profesora de Educación Física de la Universidad Católica Silva Henríquez; académica de UDLA y Magíster en Nutrición y Alimentos con especialidad en Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades Crónicas No Transmisibles asociadas a la Nutrición de la Universidad de Chile.

“Todo el mundo ha tenido que tomar medidas debido a este virus, siendo una de las medidas más agresivas el aislamiento social. Pasamos a un estado totalmente sedentario e inactivo donde gran parte de nuestro tiempo es bajo actividades que tienen un gasto energético muy por debajo de lo recomendado y en pausas muy extremas sin movimientos. El sedentarismo es una pandemia declarada desde el 2012 y que, pese a que hay esfuerzos a nivel mundial, no hemos logrado disminuir las cifras”, comenzó explicando la profesional.

Moreno compartió con los presentes los resultados de una encuesta realizada por la Asociación de Municipalidades de Chile y del Deporte, quienes midieron la actividad física de han tenido 680 personas en los últimos meses: “el 47% de la población encuestada no está desarrollando ningún tipo de actividad física durante la actual crisis sanitaria. Antes de la pandemia la gente decía que no hacia ejercicio por tiempo, pero ahora, que tenemos mucho espacio disponible, el 33% asegura que no es prioridad, el 20,2% indica que “no puede salir a realizar mi ejercicio habitual” y el 19,3% señala que “mi estado de salud me lo impide”. Siguen saliendo razones para no tener un estilo de vida activo”.

La académica también tocó un tema relevante como la alimentación durante los períodos de confinamiento. Ante esto, la profesional afirmó que “actividades sedentarias estimulan la ingesta de alimentos, ignorando sensaciones de saciedad y plenitud, lo que conduce a un consumo excesivo (…) Hay investigaciones, como las realizadas por la Universidad de la Frontera, en la cuales se identificó que el 25.6% de los hombres y el 38,1% de las mujeres indicaron que aumentaron de peso durante la cuarentena”.

Para finalizar, la expositora ahondó en los desafíos que nos deja esta pandemia: “la actividad física debe seguir siendo mirada ampliamente como un problema de salud pública mundial y no solo ligada al deporte. Tampoco tenemos una campaña tan importante para frenar el sedentarismo, el impacto en la población ha sido esquivo en contraste con problemas de salud pública igualmente importante como el VIH o el tabaco. Falta seguimiento a pesar de la explosión del reconocimiento y la investigación de los últimos años”.