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La Facultad de Arquitectura, Diseño y Construcción dio el vamos oficial al Ciclo de Charlas de Cine Contemporáneo del Programa de Formación de Audiencias de UDLA, con la disección crítica del laureado film “Parasite” (2019) del director surcoreano Bong Joon-ho.

El encargado de realizar esta actividad fue Juan Pablo Fernández, cineasta de la Escuela de Cine de Chile, jurado en múltiples festivales nacionales, representante de Chile en Focus XR Institut Français – Laval Cirtual (París) y fundador de la productora Audiovisual Merced, con la cual ha desarrollado diferentes proyectos audiovisuales, entre los que se destacan el último videoclip de la banda nacional Electrodomésticos “Voz de la calle” y la película pronto a estrenarse “La Verónica”, con la actuación protagónica de Mariana Di Girólamo.

La actividad comenzó con un análisis del afiche original de la película y de los pósteres alternativos que fueron publicados una vez que Parasite comenzó a tener relevancia a nivel internacional: “Cuando sale la versión de la película en blanco y negro, dar a conocer el afiche oficia, el el cual sorprende porque se relevan algunas cosas que no están en el primer poster. En esa publicación, solo se veían a algunos integrantes de la familia Kim y Park, el escenario y se establecía la tensión que había en estos dos grupos de personajes. La versión alternativa en blanco y negro nos presenta la idea de la infiltración y la aparición de este nuevo parásito que vive bajo la casa”.

La jornada también permitió que Fernández comentara varias escenas de la película ganadora de cuatro premios Óscar. “La casa de los Park es todo lo contrario a los de los Kim. No solamente por su valor económico, sino por su disposición espacial, por la cantidad de elementos de lujos y también por una relación del espacio diferente; era muy ridículo ver lo vacío que estaba la sala de estar, por ejemplo. Es una habitación que por sí sola era más grande que el semisótano donde viven los Kim. Las ventanas también dicen mucho en esta película, porque son casi una pantalla de cine, en que ellos miran el jardín que le llega el sol todo el día y que no tiene nada que le moleste a la vista. A diferencia, claramente, de cómo miran por la ventana los personajes de la familia Kim, que observan un barrio lleno de basura, de transeúntes, de borrachos”, apuntó el director.

En cuando a la escena cuando los Park se van de campamento y los Kim ocupan la mansión, deleitándose con sus lujos, Fernández sostuvo que “si bien es el momento más alto para ellos, inmediatamente después comienzan a caer. No solo aparece un personaje que no esperábamos en la narrativa, sino que además empieza otra película. Hasta ahí, era una película con cierto lenguaje de la comedia negra y con movimientos de cámaras sutiles, pero de un momento a otro, esa cámara se transformó en un ojo que persigue las acciones de manera desordenada y caótica. Termina siendo una película de suspenso y con ciertos elementos de terror”.

En conversación con los estudiantes, el profesional también ahondó en cómo ha trabajado el cine coreano en los últimos años: “En Corea del Sur se veía mucho cine estadounidense, muy parecido a cómo se ve en Chile, pero en un momento la política coreana cambió radicalmente y establecieron que un gran porcentaje de la cartelera debería ser producción nacional, lo que hizo explotar los espacios académicos de formación de profesionales. Eso permitió que aparecieran realizadores de muy buena calidad”.