Adscrita a Gratuidad

Angie Uribe egresó el 2018 de la Escuela de Trabajo Social de la Sede Viña del Mar. Ha enfrentado la pandemia de COVID-19 desde el Centro de Salud Familiar (Cesfam) Brígida Zavala Berríos ubicado en el sector de Forestal Alto de la comuna de Viña del Mar y el cual atiende a 15.470 usuarios.


¿Cómo afectó la llegada de la pandemia de COVID-19 al Cesfam?

Es primera vez que sucede algo así, por lo tanto, al no haber experiencias previas, nos estamos adaptando diariamente a todos estos procesos. Hay nuevas normativas, reglamentos, estrategias y vamos funcionando sobre la marcha. Inicialmente se tuvo que filtrar el ingreso de los usuarios para evitar el riesgo de contagio, para luego hacer una nueva distribución de los espacios de tal forma que se respetara el distanciamiento social al interior del Cesfam.

A comienzo de la pandemia también hubo suspensión de controles de salud, porque el mandato fue dar respuesta a la emergencia sanitaria, pero actualmente ya se están retomando porque es importante entregar esa prestación a las personas que tienen patologías crónicas de base o están embarazadas, por ejemplo.

El Ministerio de Salud durante los últimos meses ha manifestado la relevancia que tiene la Atención Primera en el combate contra el COVID-19. ¿Cómo han trabajado ustedes para lograr eso?

Efectivamente hoy hay mayor cercanía con la comunidad para facilitar el acceso a ciertos requerimientos que ellos manifiestan. A su vez, se ha intentado dar cobertura a la solicitud emanada por el Ministerio de Salud en relación a la trazabilidad, hacer la vigilancia epidemiológica y seguimiento al usuario con resultado positivo, sus familias y contactos estrechos. Es importante recalcarque la atención social primaria es la puerta de acceso más inmediata dentro de los organismos sociales, por lo tanto, el más cercano a las personas y a su ámbito social y familiar; es una estructura fundamental para que las personas puedan recibir respuestas a sus diferentes requerimientos.

¿Cuál es el rol que cumple un trabajador social en un CESFAM?

Los trabajadores sociales en salud cumplen diferentes roles y funciones en los diversos espacios de actuación, siendo el foco hoy, dar respuesta a las necesidades emergentes que tiene la población por causa de la crisis sanitaria. En este momento formo parte de la planta técnica, mientras que mi colega en el Cesfam, ha debido cambiar sus funciones y apoyar en filtrar a las personas que requieran ingresar al centro de salud, verificar que tengan una hora asignada, dirigirlas hacia donde tienen que presentarse, etc.

Es tremendamente importante que un Cesfam cuente con un trabajador social en el equipo, no solo porque actúa como intermediario entre las demandas de las personas en el ámbito social, sino que, además, estamos capacitados para conocer y comprender los factores sociales que inciden en la salud de las personas, sus familias y la comunidad en general. A partir de la identificación de estos factores sociales, es posible fomentar la salud y prevención de enfermedades.

Durante esta pandemia, ¿te solicitaron cumplir una función especial con la comunidad que está relacionada con el duelo por COVID-19?

Por mi formación de base, la Directora del Centro me pidió trabajar, junto a la psicóloga, en la contención de las familias en contexto de duelo por COVID-19 en caso de que el deceso ocurra en nuestro recinto. Si bien se han presentado algunas situaciones de emergencia, la buena noticia es que aún no fallece ningún paciente acá. 

Como profesionales estamos demandados a entregar contención a las familias que han sufrido la pérdida de un ser querido por COVID; debemos estar preparados para dar esa respuesta y en lo personal es un gran desafío. Esta pandemia nos sitúa en un escenario distinto y nos demuestra que debemos estar en constante formación, prueba de aquello, es que he debido recurrir a la literatura y participar en diferentes seminarios y conversatorios para estar profesionalmente preparada.

En el duelo, cada proceso tiene sus particularidades y lo importante es poder brindarle un espacio protegido, de contención y confianza a esa persona que lo requiera. Como profesional debemos tener una actitud más comprensiva, sin prejuicios, compasiva para que la persona se pueda abrir.

¿Cómo te ayudó tu formación en UDLA para hoy realizar tu trabajo?

Más allá de la formación disciplinar, que se basa en los principios rectores de la profesión, la ética, los derechos humanos, el respeto por el otro, la diversidad y la justicia social, yo relevo fundamentalmente la formación referida al ser humano y su relación con el entorno, eso permite poder identificar cómo se vincula la persona con sus diferentes redes, tanto familiares como con las estructuras y organismos locales y estatales. A partir de ahí se puede elaborar una mejor estrategia de intervención para abordar las diferentes problemáticas que presenta el individuo o la comunidad con sus realidades actuales.