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Como parte del ciclo “Traducción e interculturalidad: nuevas tendencias y desafíos”, la Escuela de Traducción e Interpretación en Inglés reunió a la comunidad estudiantil en torno a la charla “Traducción de cómics: del papel a las estanterías”.

En la actividad se abordó la traducción de cómics, sus principales características, la viabilidad de realizar esta actividad en Chile, los desafíos que plantea y las impresiones de quienes se dedican a ella.

Las encargadas de dar vida a la actividad fueron Karina Castro, licenciada en Lengua y Literatura Inglesa, traductora y transcreadora, y Kareen Cortés, licenciada en Letras mención Lingüística y Literatura lnglesa, traductora y revisora.

Dentro de las primeras reflexiones, Castro explicó que “a pesar del vilipendiado mundo de los cómics y su traducción en los últimos años, la industria está viviendo un auge gracias a la aparición de nuevos autores y plataformas para publicar. En eso ha ayudado mucho que el cine y el streaming hayan vuelto a despertar el interés en la lectura de cómic, los cuales tienen diversas aplicaciones didácticas”.

Con respecto a dónde se traducen cómics, Karina manifiesta que “existen varias plataformas para ilustradores como Webtoon, que es muy buena porque tiene traducción comunitaria. También tenemos editoriales, aplicaciones de lectura de cómics como Marvel y la traducción de fan a fan. Yo le tengo mucho respeto a las comunidades de fanáticos, son muy críticos, tienen códigos de ética y poseen una forma de trabajar muy profesional”.

Durante la exposición, Kareen Cortés explicó las grandes diferencias que existen entre los cómics, narración gráfica más occidental versus el manga que en sus inicios partió en Japón. “La primera gran diferencia es que los cómics se leen de izquierda a derecha, mientras que el manga de derecha a izquierda. En cuanto al uso de los colores, los cómics los utilizan y crean un contraste a partir de ellos, mientras que el manga, usa el blanco y negro. Para los traductores es importante conocer estas diferencias porque nosotros no solo tenemos que traducir el texto, sino que también tenemos que ver cómo esas palabras interactúan con las imágenes”, afirmó.

Con respecto a esto último, Castro agregó que “uno de los temas que los traductores tienen que tener presente es que el cómics generalmente tiene un fin de entretenimiento y por lo mismo tiene mucho humor presente. Hay que contar las cosas con cierta gracia y eso es muy complejo. Una de las cosas que más se critica en la traducción es que, además de contener errores, deja el humor de lado, porque se cae en las traducciones literales. No es lo mismo traducir humor para Latinoamérica que para España”.